Nada existe por sí solo.
La conexión comienza en los niveles más elementales en los que las moléculas se unen, nos unen. La materia nos conforma y, en la base de nuestra existencia, el agua sostiene la vida que nos permite ser.
HIDROSINAPSIS nos propone replantearnos nuestra relación con el entorno y con otros seres vivos uniendo los conceptos de naturaleza e inteligencia: a partir de los ríos como conductores de vida a lo largo de los territorios surge la analogía con nuestras conexiones neuronales como dos sistemas esenciales.
Preservar el agua es proteger nuestra capacidad de estar, de habitar.
HIDROSINAPSIS también es un sistema vivo que nos necesita para mostrarse, explorando la interacción entre el hombre y una naturaleza ausente que vuelve a la vida únicamente en contacto con el agua.
Con nuestra participación se activa el sentido profundo de la obra, una experiencia donde lo estético y lo ético se entrelazan poniendo de manifiesto la dependencia entre los sistemas naturales y nuestras acciones.
Solo en contacto con el agua, la imagen recuerda que está viva